Desde hace varios años parece que todo el mundo que trabaja en el ámbito del Marketing Digital tiene una frase como gran referente a la hora de diseñar la estrategia de comunicación para sus clientes, “El contenido es el Rey”, dicen. Lejos de consistir en una moda pasajera o en un hito del auge de la era digital, esa frase es, y será siempre, la base de toda campaña publicitaria, al fin y al cabo, si todas tus acciones carecen de ese “algo” que posee algún valor para tus clientes, ¿quién va a comprar tu producto?.
Pero aun así, no nos equivoquemos, el producto es el gran atractivo, otra cuestión es que este esté profundamente relacionado con el contenido que ofreces a tus clientes en las campañas publicitarias, sobre todo con el poder comunicativo que ofrece Internet y el potencial de las estrategias basadas en el “Inbound Marketing”.
Gracias a las nuevas costumbres de comunicación que hemos adquirido, “Inbound Marketing”, “Marketing de Contenidos” y “Producto” comparten una relación más estrecha que nunca. Pero “El Contenido es el Rey”.
No se nos asuste nadie, que lo explicamos
El contenido es una pieza fundamental en toda estrategia de Marketing Digital, tiene tantos beneficios que directamente no podemos plantearnos algún tipo de acción sin tener en mente, y por escrito, un plan de contenidos para nuestro negocio. Nos ayudará con el SEO, será el corazón de la estrategia de “Inbound Marketing” y nos diferenciará de la competencia. Parece importante, ¿verdad?, pues espera que hablemos de la distribución.
Imaginemos la siguiente situación, tienes un producto atractivo acompañado del contenido perfecto, has definido tu público objetivo y sabes a ciencia cierta que este va a sentirse atraído por él con una probabilidad del 100%. Todavía así queda la pregunta, ¿cómo llega el público hasta ello? “La Distribución es la Reina”.
Distribución del contenido
Gran parte de la estrategia de Marketing Digital se basa en conocer tanto los canales adecuados para alcanzar a tu público objetivo, como en facilitar nuevas vías de contacto para que ese público acabe buscándote. En un mundo tan conectado y lleno de contenido, saber llegar hasta una base de clientes concreta y bien definida supone la diferencia entre tener éxito o ser un blog/cuenta en redes sociales más. Si además consigues que sean ellos los que te busquen gracias al contenido que tú generas, ya está hecho, “El Rey y la Reina” alineados en el tablero de ajedrez, solamente le queda jugar la partida al producto que estés intentando vender.
Jaque mate
Todos conocemos casos de grandes marcas donde la estrategia de marketing digital ha sido un gran éxito, han generado mucho ruido en los medios, en redes sociales e incluso han conseguido muchas ventas, pero al final “sólo” se ha quedado en eso, sus campañas publicitarias han terminado y debido a la baja calidad del producto final que ofrecían, su reputación y sus futuros lanzamientos nunca fueron los mismos. Perdieron clientes por generar un puñado de ventas.
“¿Entonces?”
Esa es la pregunta más habitual, y con razón, porque es la que deberíamos hacernos cada vez que escuchemos cosas como “Tengo un blog, puedo escribir para ti”, “Ya te llevo yo las redes sociales” o “No pasa nada, eso lo vendo yo”.
El Marketing Digital es todo un mundo que a su vez sigue un proceso de trabajo complejo a través del uso de múltiples herramientas de ejecución y análisis. No se trata de hacer por hacer, se basa en contar con un equipo de trabajo en el que cada persona aporte sus conocimientos y experiencias para poder planificar una estrategia única a cada negocio, con el único fin de conseguir lo que para nosotros es lo más importante, clientes, no ventas.
En nuestra experiencia el poder del marketing digital está en conseguir que tu público te busque por lo que eres, no por lo que tienes.
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